Vivimos un momento de cambio. La sociedad reacciona al ver los efectos en la naturaleza del estilo de vida de generaciones pasadas: montes llenos de residuos, animales atrapados en trozos de plástico, cristales entre la arena o latas en el fondo del mar. ¿Será suficiente solo un momento para cambiarlo todo?
Hoy ya existe una consciencia global por la necesidad de cuidar el medio ambiente y provocar el menor impacto posible en nuestro entorno. Somos más conscientes de nuestras decisiones. Y somos más conscientes en las decisiones de compra. Vamos al súper y nos fijamos en la cantidad de plástico que envuelve un producto, si sus materiales son reciclables o qué impacto tiene en el medio ambiente su producción y transporte.
Ya nada es como antes
En 2015 hubo un aumento del 24% en el consumo de productos ecológicos respecto al año anterior, según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. El 85% de los españoles se declara preocupado por el medio ambiente y el 71% afirma estar personalmente implicado en su cuidado, según arroja una encuesta de la Asociación Española de fabricantes de pasta, papel y cartón (Aspapel).
En Suecia, la cadena de supermercados ecológicos ICA anunció el etiquetado láser en frutas, verduras y hortalizas. Lo que supone un ahorro anual de hasta 750.000 embalajes. Y en Francia, este mismo verano hemos visto como los consumidores arrancaban todo el plástico de su carrito de la compra y lo devolvían al supermercado para que se hiciera responsable de su reciclaje.
Estos datos, estos nuevos comportamientos, evidencian un cambio de mentalidad en el consumidor que conlleva una nueva forma de concebir los productos y, por tanto, la basura del futuro. Es el momento de reflexionar. ¿Cómo hacemos las cosas? ¿Cómo podemos ser más eficientes? ¿Cómo seremos más responsables con el medio ambiente?
Tres ejemplos
En esta línea de pensamiento tenemos el ejemplo de PepsiCo, que ha desarrollado una botella 100% reciclable. Está fabricada a partir de materias primas de origen vegetal (hierba, corteza de pino, hojas de maíz, cáscara de cereal y otros subproductos agrícolas).
También Interbrand París, han iniciado una nueva tendencia en branding para crear identidades sólidas, memorables, coherentes… y sostenibles. El ecobranding busca tipografías con menos superficie, colores que minimicen el uso de tintas y diseños que reduzcan la superficie de impresión.
Parley for the Oceans ha colaborado con equipos de fútbol como el Bayern de Múnich y el Real Madrid para confeccionar equipaciones a base de plástico reciclado sacado del océano.
Son sólo algunos ejemplos de una nueva forma de pensar que busca sistemas, materiales y técnicas para crear y fabricar productos más sostenibles. Si estamos concienciados y con la mente abierta encontraremos soluciones eficientes y sostenibles a problemas cotidianos. Si no, todo volverá a ser como antes.