Qué curioso y edificante resulta comprobar que realidades opuestas persiguen objetivos parejos. Médicos y sanadores buscan la salud de sus pacientes desde la ciencia o la fe. Políticos de izquierdas y de derechas proponen soluciones para la sociedad desde ideas antagónicas. Estilos musicales distintos quieren ofrecer el mismo placer acústico desde el ruido o desde el silencio.
Yo me dedico a la luz. No en el campo del diseño gráfico pero sí en el campo del diseño de espacios. Al final, no es muy distinto. Mi mesa de trabajo es tridimensional, eso sí. En nuestros campos, la técnica para crear colores es una metáfora perfecta de la dualidad y los contrarios. RGB o CMYK. Bombillas o lienzos. Dar luz o quitar luz. Síntesis aditiva o síntesis sustractiva. Técnicas opuestas para un mismo objetivo.
Iguales pero distintos
Partimos de la base que luz y color no son exactamente la misma cosa. La luz es una suma de colores y el color es parte de la luz. Los sistemas RGB (monitor) se basan en el color para obtener luz. En los sistemas CMYK (lienzo) filtramos la luz para obtener color. Ambas técnicas tratan luz y color para conseguir unos mismos resultados con técnicas opuestas. Gremios enteros separados por técnicas distintas a pesar que buscan lo mismo. Los impresores no se conocen con los iluminadores, los estudios de diseño gráfico apenas interactúan con los estudios de lighting design… pero ambos juegan con la luz y el color buscando la misma excelencia.
Distintos pero iguales
Es muy probable que el equívoco, la raíz de nuestras diferencias, esté precisamente en la separación entre luz y color. Pocas veces pensamos en que los polos opuestos son parte de un todo. Son caras de una misma moneda. Eso también es un evidencia científica. Nos cuesta tanto relacionar aspectos contrarios que hasta los convertimos en realidades distintas. Y sin embargo, fuera de nuestro ámbito personal y profesional, más allá de nosotros, la naturaleza nos recuerda que luz y color forman parte de la misma realidad.