Algunos expertos en 3D son capaces de modelar objetos completamente perfectos. El problema es que generalmente lo más perfecto es lo más perfectamente alejado de la realidad. Yo siempre he creído que la perfección es un concepto que se inventó para jodernos la vida.
No soy un crack del 3D. Pero llevo ya unos cuantos años modelando. Empecé con Strata, luego Blender y finalmente Cinema 4D (para mí, el más intuitivo y con la interfaz mas parecida a Mac, que es la plataforma que me gusta y prefiero). Pero bueno, en realidad el software de modelado 3D no es el tema que quería tocar… Quería hablar de packaging.
Buen aspecto
Puede que hayáis visto anuncios en los que alguien está comiendo de una bolsa de snacks. Y puede que también os hayáis dado cuenta que esa bolsa está inmaculada. No hay arrugas ni manchas ni brillos ni reflejos. Y se ve falsa. Porque algo así nunca se encuentra en el lineal del supermercado. Es el tipo de cosas que lleva a los consumidores a sentirse engañados. Las marcas deberían ser honestas en su comunicación.
Para lograr que un objeto modelado en 3D se vea lo más real posible hay que trabajar en tres áreas: modelado, iluminación y texturas. No solo son muy importantes sino que están íntimamente ligadas. Del nivel de detalle y la harmonía entre ellas depende un buen resultado. Y cuando digo “buen” me refiero a creíble, no a perfecto.
Modelado
Lo primero que debemos tener en cuenta es que ningún objeto tiene las aristas perfectas. Todas las aristas, por más pequeñas que sean, son redondeadas. Da igual si se trata de tetra-bricks, latas, cajas, botellas o doypacks. Las bolsas como las de las chips no son lisas. Tienen que estar arrugadas, dobladas y con bollos. Los cartones de leche suelen estar también un poco deformados. Y las cajas de galletas. Incluso las de latón. La mayoría de envoltorios de packaging tiene un poco de abombamiento producido por la gravedad del contenido. O golpes y deformaciones producidas por la manipulación del producto o las operaciones de logística. ¿Tiene estos detalles tu 3D?
Iluminación
Emular la iluminación de un estudio real es un buen truco. En un estudio tenemos softboxes para producir sombras suaves y crear reflejos que dan vida y volumen al producto. Y hay buenos samaritanos que han colgado por ahí algunos plugins de estudios de iluminación adaptados a los distintos programas de 3D. Gracias a ellos te ahorrarás mucho tiempo y conseguirás resultados sorprendentes. Sumérgete en los foros de los frikis del 3D para encontrarlos.
Texturas
Sumamente importante. El poder de los pequeños detalles es gigante. Primero debemos fijarnos en el material del packaging y recrearlo. Plástico, cartón, film, PET, vidrio… Luego, las características del material. Por ejemplo, ¿cómo es el papel que queremos reproducir? Brillante, mate, fibroso, satinado, metalizado… ¿Y un vidrio? No es lo mismo el acabado de una botella de cerveza que el de un frasco de cosmética. El primero es más basto, con mayor cantidad de imperfecciones y ondulaciones, y el segundo busca ser uniforme, liso y pulido. Y para rematarlo, no os olvidéis del tipo de impresión que vamos a reproducir. No es lo mismo una impresión de tinta sobre un papel rugoso que un UVI sobre un cartón satinado o una serigrafía metalizada sobre un vidrio que pintura mate sobre un metacrilato.
Resultado final
Cuanta más atención prestamos a los detalles, más convincente es el resultado. El modelado de packaging sirve tanto para tener buenos mockups para publicidad como para hacer pruebas del proceso de diseño. Sea uno u otro el objetivo de un 3D, nuestro trabajo debe ser igual de meticuloso. Porque podemos conseguir resultados verdaderamente verosímiles e impresionantes. Solo hay que probar, arriesgar, fijarse y esforzarse. Porque, al fin y al cabo, la perfección no existe, pero las cosas bien hechas sí.