Salty Lips
Andanadas de ostras
Branding
Diseño de logo
Identidad corporativa
Comunicación gráfica
Material comercial
¿Con qué relacionas la ostras? ¿Con qué bebida te las tomarías? ¿Y dónde? ¿Y cuando? Para Salty Lips las respuestas a todas estas preguntas eran, son y serán todo lo contrario a lo que estás pensando. Salty Lips es una marca disruptiva. Su intención es desmarcarse del resto de productores locales de ostras australianas y de los momentos de consumo convencional. En definitiva, está colocando en el mercado un producto de altísima calidad pero fuera del universo luxury habitual.
Diseñar una marca es diseñar el sistema gráfico que mejor la define y proyecta: fiel, audaz, vivo, manifiesto…
Paul Viney, fundador de la compañía, un enamorado del surf, de la naturaleza y, por tanto, del mar, escogió la localidad de St. Helens en la costa de Tasmania para cultivar estas ostras excepcionales. Se dice que sus aguas son de las más límpidas del planeta. Su aire, puro y salubre. La costa está esculpida por las grandes olas del Pacífico Sur. Es un ecosistema ideal para que crezcan ostras robustas y resistentes, carnosas y de sabor intenso, dulce y salado a partes iguales y con un final ligeramente ácido. Ostras que crecen en un paraíso marino. Calidad y personalidad.
A la contra — Teníamos que construir una marca cool, divertida e incluso gamberra. Nuestros colegas de la agencia australiana de marketing Blue Harvest dejaron ese camino bien trazado al crear un nombre como Salty Lips, que no solo es contrario a cualquier nombre convencional para una empresa dedicada al cultivo de ostras sino que además es sugerente y sexy. Mucho atrevimiento.
Así que tanto el lettering como la ilustración que sirve de imagotipo de la marca tienen un aire informal, despreocupado, sensual y vinculado a la estética del surf (muy australiana y muy importante en la zona). Como si la hubieran hecho un grupo de amigos que ni saben ni les interesa el universo corporate de las marcas. Paul Viney es este tipo de persona. Así que su marca también.
Los colores escogidos para la identidad corporativa están tomados del mar, la playa, las costas y el ecosistema excepcional del entorno. Un azul muy oscuro y profundo que contrasta con un tierra a medio camino entre el óxido y la terracota. En resumidas cuentas, una paleta de colores con temperamento, como el clima y la naturaleza agreste y bella de Tasmania.
El resultado es un trabajo de branding atrevido (para su contexto comercial) y llamativo (por sus características gráficas). Un trabajo con el que tiene mucho sentido que las ostras te apetezcan para tomar con los amigos, con una cerveza en la mano, un sábado cualquiera para picar mientras preparas una barbacoa. O en familia, con tus hijos, unos refrescos, cenando entre semana. O con los compañeros de trabajo un miércoles por la tarde. Cuando te apetezcan, en definitiva. Para que comer ostras sea un acto de lo más cotidiano. Ni foodie ni lujos ni celebraciones especiales. Esa es la posición de mercado que busca Salty Lips.